¿A qué se dedican los franciscanos?

Los franciscanos son una orden religiosa católica fundada por San Francisco de Asís en el siglo XIII. Su objetivo principal es vivir y difundir el mensaje del Evangelio a través de la humildad, la pobreza y el servicio a los demás.
El principal compromiso de los franciscanos es vivir según los principios de su fundador, quien renunció a su riqueza y privilegios para vivir en total pobreza y dedicarse al servicio de Dios y de los más necesitados. Los franciscanos se comprometen a vivir en comunidades fraternas, donde comparten todos sus bienes y trabajan juntos para el bienestar de todos.
En cuanto a su labor, los franciscanos se dedican a una amplia variedad de actividades en diferentes partes del mundo. Algunos se dedican a la educación, trabajando como maestros en escuelas y universidades. Otros se dedican a la atención de la salud, trabajando en hospitales y clínicas.
Además, los franciscanos también se dedican a la atención pastoral, sirviendo como sacerdotes en parroquias y comunidades religiosas. Como parte de su vocación, los franciscanos también se comprometen a la evangelización y a la promoción de la paz y la justicia en el mundo.
En muchos lugares, los franciscanos también están involucrados en el trabajo misionero, llevando el mensaje del Evangelio a comunidades que aún no lo han conocido. Esto implica vivir en lugares remotos y en condiciones difíciles, pero los franciscanos están dispuestos a hacerlo por amor a Dios y a sus hermanos.
Creencias franciscanas
Las creencias franciscanas son un conjunto de principios y valores que forman parte de la espiritualidad de la Orden Franciscana, fundada por San Francisco de Asís en el siglo XIII. Estas creencias se basan en la vida y enseñanzas de San Francisco, quien vivió una vida de humildad, pobreza y amor hacia todas las criaturas de Dios.
Uno de los principios fundamentales de las creencias franciscanas es la simplicidad. San Francisco creía en vivir una vida sencilla y despojada de los bienes materiales, siguiendo el ejemplo de Jesús. Para los franciscanos, la pobreza es una virtud que les permite estar más cerca de Dios y de sus hermanos y hermanas.
Otro principio importante es el amor por la creación. San Francisco veía a todas las criaturas como hermanas y hermanos, incluyendo a los animales, las plantas y los elementos naturales. Para los franciscanos, el mundo es un regalo de Dios y deben cuidarlo y protegerlo. Esta creencia se refleja en la famosa oración de San Francisco, en la que se le pide a Dios que nos haga instrumentos de su paz.
La fraternidad es otro pilar de las creencias franciscanas. San Francisco creía en la importancia de vivir en comunidad y en la igualdad entre todos los seres humanos. Los franciscanos se esfuerzan por construir un mundo más justo y solidario, donde todos sean tratados con dignidad y respeto.
La oración es una práctica fundamental en la espiritualidad franciscana. San Francisco buscaba la cercanía con Dios a través de la contemplación y la adoración. Los franciscanos dedican tiempo diario a la oración y la meditación, buscando la sabiduría y la guía divina.
La obediencia es otro valor importante en las creencias franciscanas. San Francisco creía en la obediencia a Dios y en seguir los mandamientos de Jesús. Los franciscanos buscan vivir una vida de obediencia a la voluntad de Dios y a los preceptos de su Iglesia.
Vida franciscana: una mirada interior
La vida franciscana es un estilo de vida basado en los principios y enseñanzas de San Francisco de Asís, quien fundó la Orden Franciscana en el siglo XIII. Esta forma de vida religiosa ha perdurado a lo largo de los siglos y ha dejado una huella profunda en la historia de la Iglesia y en la espiritualidad de muchos fieles.
La mirada interior hacia la vida franciscana nos invita a adentrarnos en el corazón de esta forma de vida y descubrir sus valores fundamentales. Al hacerlo, nos encontramos con una búsqueda constante de la pobreza y la sencillez, que son pilares centrales de la espiritualidad franciscana.
La pobreza franciscana no solo implica renunciar a la riqueza material, sino también apegarse a las posesiones y a las comodidades mundanas. Es una invitación a vivir con lo esencial, a confiar en la providencia divina y a reconocer que la verdadera riqueza se encuentra en la relación con Dios y con los demás.
La sencillez, por su parte, nos llama a despojarnos de la vanidad y la ostentación, a vivir humildemente y a valorar lo simple y lo cotidiano. Es un llamado a ser auténticos, a mostrar nuestra verdadera identidad sin pretensiones ni máscaras.
La vida franciscana también se caracteriza por un profundo amor y respeto por la naturaleza. San Francisco de Asís consideraba a todas las criaturas como hermanos y hermanas, y nos invitaba a cuidar y proteger el medio ambiente. Esta mirada interior hacia la vida franciscana nos inspira a vivir en armonía con la creación y a ser custodios responsables de la tierra.
Otro aspecto fundamental de la vida franciscana es el servicio a los demás. Los franciscanos se dedican a ayudar a los más necesitados, a ser testigos del amor de Dios en el mundo y a trabajar por la paz y la justicia. Su compromiso con la solidaridad y la compasión nos desafía a salir de nosotros mismos y a poner nuestros dones al servicio de los demás.
Gracias por conocer la labor franciscana. ¡Hasta pronto!
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